Una escritura y el rumbo de las cosas. Mensajes en botellas reflejados en los ojos de alguien. ¿Tus ojos?
5 de mayo de 2005
Romanticismo
"NRAO / AUI / NSF"
Saber cuál es el sonido exacto de un agujero negro: Si bemol, 57 octavas debajo del do central de un piano.
Una nota lúgubre, romántica, un brillo oscuro propio de Chopin. Si bemol.
En el centro de nuestra galaxia (ver la foto) existen extraños arcos de plasma detectados por radiotelescopios. Escuchamos el corazón de La Vía Láctea, el lugar más mortífero, el macro agujero negro bautizado Sagitario A*. Su sonido es un Si bemol cuando devora la materia de otros cuerpos cósmicos. Y a su ritmo danza la galaxia entera.
Un baile de vida y muerte, con el color musical de la melancolía, la "bilis negra" del ánima, que resulta inefable, como si fuera una materia oscura, oculta a los rayos de la luz.
Ese agujero negro, ese curvo corazón que comba el tiempo y que ilumina sin ser visto la totalidad de la noche, que enciende la nada o la apaga. Que la enciende y la apaga de continuo. Por más materia -visible o invisible- que añadamos no tendrá bastante ni podrá romper su propio ciclo cósmico... Como ya sabía Rilke (y lo dice en su elegía a Marina Tsvetáieva):
"¡Oh lo que se pierde en el espacio sideral, los astros que caen, Marina!
Adonde nos arrojemos, sea la estrella que sea,
no la acrecentamos. El conjunto está siempre contado.
Así el que se viene abajo tampoco merma la cifra sagrada.
El que cae renunciando, cae al origen y sana".
Romanticismo del agujero negro, si fuera posible. Chopin, Rilke... La música, un si bemol. O la cosmología que la poesía enseña todavía.
Aprender a escuchar, saber que hay luz en la palabra.
Y cerca del borde oscuro, en el último horizonte de la luz, el tiempo que se aquieta, se detiene.
Porque todo es luz sin fin, entre la transparencia y la materia, u otras palabras oscuras.
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