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30 de enero de 2010

Clint Eastwood, realidad y ficción


El amigo Clint ha sacado el poema de William Ernest Henley Invictus que Mandela usó como salvavidas espiritual durante sus duros años de encierro como texto inspirador de la victoria del equipo de rugby sudafricano en 1995. Aunque en esta película podemos decir que la cosa funciona -Clint es Clint y sabe lo que hace- me ha dado bastante que pensar esta licencia literalmente "literaria" que se ha otorgado el otrora duro director, porque los hechos no fueron realmente así.

Paréntesis. Invictus es una película esperanzadora. Da la impresión de que en sus últimos filmes Eastwood explora nuevas formas de búsqueda del sentido de la existencia, alejándose del fiero nihilismo al que nos tenía acostumbrado en títulos como Mistyc River. El mismo nihilismo que tal vez ya comenzaba a derretirse en Grand Torino con la inmolación de su protagonista.

Lo cierto es que, en Invictus, Clint nos da un cambiazo; porque lo que Mandela regaló en realidad al capitan de los Springboks fue una alocución de Teddy Roosevelt en la Sorbona de París, en 1910.

¿Su tema? La ciudadanía de los hombres libres que enarbolan su dignidad frente a la antigua metrópoli, el orgullo de los criollos americanos frente a los sabios y decantados modos de la vieja civilización europea. La ciudadanía, como empeño y no como teoría, en un tono muy propio de los cuadernos de Azaña, elogiando la acción consciente de sus limitaciones frente a la pureza de la coherencia intelectual, siempre irreal, la del crítico, la del pensador, la de un espectador; la ciudadanía como logro del esfuerzo y la agitada respiración y no como mero formalismo de sello y timbre. Porque el crítico es irreal e irracional de puro racional.

Puede parecer un poco hamletiano eso de cantar la acción mientras se abjura del poder real del pensamiento sin acción... words, words, words!

¡Pero qué gran discurso para la nación arcoíris! Mandela pudo haber necesitado poesía para sobrevivir en la cárcel, pero sabía perfectamente lo que tenía entre las manos en 1995. A mí me gusta más la realidad que la ficción, pero os pongo los dos textos para que vosotros decidáis, el poema de marras y un párrafo destacado del discurso de Roosevelt:


INVICTUS, BY W. E. HENLEY

Out of the night that covers me,
Black as the pit from pole to pole,
I thank whatever gods may be
For my unconquerable soul.

In the fell clutch of circumstance
I have not winced nor cried aloud.
Under the bludgeonings of chance
My head is bloody, but unbowed.

Beyond this place of wrath and tears
Looms but the Horror of the shade,
And yet the menace of the years
Finds and shall find me unafraid.

It matters not how strait the gate,
How charged with punishments the scroll,
I am the master of my fate:
I am the captain of my soul.

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THE MAN IN THE ARENA, BY T.ROOSEVELT
It is not the critic who counts; not the man who points out how the strong man stumbles, or where the doer of deeds could have done them better. The credit belongs to the man who is actually in the arena, whose face is marred by dust and sweat and blood; who strives valiantly; who errs, who comes short again and again, because there is no effort without error and shortcoming; but who does actually strive to do the deeds; who knows great enthusiasms, the great devotions; who spends himself in a worthy cause; who at the best knows in the end the triumph of high achievement, and who at the worst, if he fails, at least fails while daring greatly, so that his place shall never be with those cold and timid souls who neither know victory nor defeat.

1 de junio de 2009

Robert Graves revisited



Después de un finde con siesta bajo los robles, música de viento y cantos y alas, camino por las montañas, y pensamiento ingrávido bajo el paso de las nubes, como una cosa lleva a la otra, se pasa al Hanes Taliesin, y a William blake y los dioses antiguos, y de ahí a lo natural: sacar de la estantería La diosa blanca, aquella gramática histórica del mito poético.

Las manos acarician páginas amarillentas, o más bien amarillecidas, que conservan los rastros de mil lecturas, los frenazos de aquellas primeras lúcidas colisiones, porque el volumen fue como un CERN para aquel adolescente lector en el que aún me reconozco. Partículas elementales, rastros perdidos, huellas de latidos en senderos muy borrosos. O no. Que la distancia es una barrera de jazmines.

El hilo arranca de la reciente muerte de Ullán, de sus versos maravillosos y del recuerdo de la difícil convivencia de la palabra poética, absoluta diosa blanca anicónica, con la palabra de poder, como la llamaba Valente, o con el sencillo manantial de los días apalabrados, borrándonos en cada trago dicho... O no. Que la voz sigue susurrando idénticos conjuros al mismo centro extrañado. ¿A quién? ¿A qué?

Calderilla de los días, tesoros entre las páginas, pétalos gastados, evocadores, cómo algo tan leve como el ala de una mariposa puede marcar la piel con fuego. Tatuajes, vida, nombres en niebla, que una palabra verdadera o exacta echa a volar en bandada. Y el silencio. Incendio desde la misma chispa idéntica, que, oscuramente, se repite.

El tiempo sigue siendo una entelequia, a veces lo parece. Basta con no dejar de escuchar del todo al loco que fuimos. Basta con acercar la mano al fuego, olvidando la forja. Hay metales preciosos, que empuñamos, que circundan un deseo palpitante. Aún, abrir el día con la posibilidad de volar, montar un dragón de palabras, ser música, mirar a los árboles con vida, los que resisten, dejar el corazón sonando como un tambor atávico, soñando como un tambor bajo agua quieta.

Origen, big bang de una salmodia de luz que nos acompaña, el pensamiento. La canción, antes. El canto precedente, cayendo sobre el agua en vacío.

Entonces encontré el vídeo de la estatua creando ese vacío sobre el agua y el fuego. Buscándo una palabra en nuestro aliento. Ave!

¿A quién? No tengo un nombre y aunque lo intuya erraría. Hay días en que aún lo llamo La diosa blanca devotamente

13 de mayo de 2009

Todo el día a media asta...


Después de todo el día a media asta por la muerte de Antonio Vega... y de leer a Manuel en ABC que ha construido su crónica sobre una alfombra de chispas de palabras chocando contra recuerdos, y después de esta visión de todo el pasado en una décima de segundo -tan agridulce- de Albiac, me vinieron muchas historias a la cabeza, senderos que cerraron como las cicatrices.... etc, etc...

Tuve que correr
cuando la vida dijo: "ve"
No hubo manera de pararme
Correr que fue volar
Beber de un solo trago todo el mar
Y no sació mi sed el agua
Tomé el sendero sin saber
que me alejaba para no volver
Dulce como miel
probar el roce de su piel
Ella en el suelo, yo en el aire
Dulce pero cruel
llenó mi mundo de papel
Jamás pensé que llegaría a helarme
Que perdería el calor
y con el tiempo la razón
En el camino tropecé
con esa piedra desde la que arranqué
Tomé el sendero sin saber
que me alejaba para no volver
En el camino encontré
lo que jamás pensé tener
Tuve que correr
cuando en el viento pude oir
que igual que vine habría de marcharme,
que como vine habría de marcharme



Ya se acerca la estación nevada,
bajo y cumplo años de pasada,
y una estrella más.

Se dibujan los colores,
vivos en la magia de las flores,
en la luz vital.

Rodeado de equipajes
que se pierden entre viaje y viaje,
queda recordar.

Y por ésto vivo el día,
día simple, día claro,
vivo al menos sin temores,
sin el miedo de gozar.

Cada pueblo, cada puente,
cada cruce me ha enseñado,
que con hoy es suficiente.



Sombra que un día desapareció
se fue a asustar a los niños.
Sombra que alguna vez se rebeló
ante el juez que a las dos dimensiones la condenó.

Busqué una sombra bajo un sol cruel
y fui engullido por ella.
Así de la pared se despegó
en un mundo de sombras (?) me sumergió.

Vi un pasillo hacia la luz
un túnel por el que corrí.
Mis pasos iban hacia ti
que no llegabas, y llegaste al fin.

Por cada sombra en la pared
mi alma busca su forma de ser.
Por cada sombra sin pared
un alma sufre el mal del ser infiel.

Sombras perdidas en la multitud,
la multitud de las sombras,
entrecruzadas vuelven a tejer
esas formas alargadas del atardecer.

Hay un pasillo hacia la luz
un túnel por el que correr
guié mis pasos hacia ti
que no llegabas, y llegaste al fin.

Por cada sombra en la pared...

25 de abril de 2009

Valente




José Ángel Valente habría cumplido 80 años estos días. Su obra sigue cruzando aquel temprano desierto que tantos quisieron parcelar para deslegitimarlo en parte, para convertir en un pentimiento pictórico su genuino intento místico. Alrededor de sus libros, fue dibujando una "experiencia abisal", una mística sin fe, una mística agnóstica, atada a su propia biografía. Sutil construcción que merece volver a visitarse.

Recupero un perfil sobre su obra que publicó Letras Libres en el número de primeros de julio de 2000, en el cual llegué a esta conclusión, que lancé en el texto con el atrevimiento de quien nada tiene que perder. Habrá críticos que negarán la mera posibilidad -cómo ser místico sin creer en la vida de ultratumba- y puede que desdeñen el intento reunificador de los a mi entender mal llamados "dos Valentes". Pero el texto nacía más por una necesidad de comprender que de convencer y, de todos modos, como él mismo me dijo una vez, viéndome un poco agobiado por repartirme entre el periodismo y la poesía y con mi boda en ciernes -¿lógica celta o humor gallego?-, "¡no se puede tener todo!".


En los primeros años noventa, cuando lo conocí, y hablamos, fuera de las entrevistas, algunas veces de poemas como botellas echadas al mar, de poetas como Celan que era y nos hacía ribereños del ser, de jardines..., no pensé, como ahora, que no dejamos de visitar una y otra vez el límite de arena buscando aún el brillo de un mensaje rescatado que, milagrosamente, un buen día, ha cruzado el mar (y el mar es un desierto enorme). No pensé que una fecha como este final de abril me empujase a volver entre sus páginas, buscando aquella forma de escuchar, y la ironía implacable, epigramática. O arañando aquel silencio, que dejaba su delgadez extrema.

1 de marzo de 2009

Con Nezahualcóyotl en la Quinta de los Molinos

 












Libro de pinturas es tu corazón
Has venido a cantar,
Haces resonar tus tambores,
Tú eres el cantor.
En el interior de la casa de la primavera
Alegras a las gentes

Tú sólo repartes
Flores que embriagan
Flores preciosas.

Tú eres el cantor.
En el interior de la casa de la primavera,
Alegras a las gentes.

---------------------
Los almendros de la Quinta de los Molinos ya son una explosión de flores blancas y rosadas. Caminamos envueltos en ese perfume intenso. Ya sabemos por el haiku que nadie es un extraño bajo las flores del cerezo. Ahora que viene la astenia y otros males dignos más de poemas que de prozac no está de más un paseo entre las ramas floridas, de la mano de algún poeta. Hoy caminaba por este parque precioso pensando en Nezahualcóyotl. Y hay poemas, muchos poemas de este autor azteca dedicados a las flores, versos de un perfume maravilloso, brillantes y coloridos, y con sabor especiado por lo efímero. Palabras, pétalos y brisa... Ya es marzo.

¿Con qué he de irme?
¿Nada dejaré en pos de mi sobre la tierra?
¿Cómo ha de actuar mi corazón?
¿Acaso en vano venimos a vivir,
a brotar sobre la tierra?
Dejemos al menos flores
Dejemos al menos cantos

 













Pues eso, seguimos sin saberlo a Nezahualcóyotl


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26 de febrero de 2009

¡Qué vida! Descanso con música rápida

Como en los concursos de pintura rápida, el otro día me concedí una hora (en realidad 70 minutos) para componer algo, un scherzo electrónico, un jueguecillo con el ordenador y el teclado. No daba tiempo a más que a poner una base y a sumar capas y texturas sobre ella. Aunque imperfecto, el resultado, una vez vencido el pudor, puede tener cierta gracia.

Nada del otro mundo, puro divertimento de este mundo, ganas de volar y de compartir una mirada. Creo que lo repetiré, más acústicamente, ya puestos. ¡Qué descansada vida!




14 de junio de 2007

El poder de la música



A los lectores de "Kafka en la Orilla" esta música les sonará, el andante cantabile del trío en si bemol, Op. 97, "Archiduque", de Beethoven, en versión de Baremboin/ Du Pré/ Zukerman -aunque en el libro la versión era del Trío del Millón de Dólares-. El vídeo es de un estudiante de audiovisuales que imagina, en su trabajo de clase, cómo serían los títulos de una película sobre el libro de Haruki Murakami.

El poder de la música: poder de evocación, de (r)evolución y de superación, algo que nos afina, se refleja en esta pieza. En la novela -en japonés "Umibe no Kafuka"- hay un personaje que es un hombre simple y que visita repetidamente un café donde se escucha esta pieza. Y el camionero crece, se llena de matices, se hace más fieramente humano ante los ojos del lector.

Por eso la elegí, esta música, entre otras maravillas, para una invitación de Radio Clásica (en este link se oye). Se emitió el domingo 17, a las 21 horas, en Juego de Espejos, el programa de Luis Suñén, al que fui invitado y para elegir unas músicas -no todas clásicas- y charlar un ratito sobre ellas.

Podéis oírlo aquí:

Estuvieron este precioso Beethoven -por supuesto-, un Bach francamente alegre, un Haendel íntimo y cool, la emoción infinita de Tomás Luis de Victoria, los versos de John Donne -más actuales y vivos desde luego que los de Sabina- en viril y sensible canción isabelina, y también el blues de los sefardíes de Salónica, los cuplés de Erik Satie, los manantiales del Rhin de Wagner, el desierto inmisericorde de Clint Eastwood y los caminos infinitos de Antonio Vega. Ahí es nada, debe ser la primera vez que el de la chica de ayer suena en esa emisora.

Es el poder de la música. A mí me gusta toda, incluso el ruido.

And the rest is silence.

4 de junio de 2007

Blade Runner: el "montaje" del traductor


Bel Atreides sabe de lo que habla cuando escribe sobre Blade Runner. Mike Muddy y todos los que os declaráis fans de la historia de los replicantes deberíais visitar cuando tengáis un rato el post que Bel nos ha regalado. Allí habla con pasmosa naturalidad de un universo que no sólo mana de la ciencia ficción, sino de los Paraísos Perdidos y de los enigmáticos versos de Blake. Nos descubre dónde están y nos plantea unas cuantas dudas más sobre el aprendizaje emocional de los replicantes contrastado con la disfunción en la lealtad, casi alérgica, que padecen los humanos de la película. Habla del momento en el que Roy imita a Cristo, aborda a Frankenstein, susurra la indescifrable figura de Rachael y su ascendente con Gilda... Vale la pena leerlo con atención.

Pero hay más, mucha más reflexión sobre la vida y la muerte de los replicantes, sobre su asesino, el tal vez clonado Deckard... En fin. Y también nos descubre imperdonables gazapos de la tradución española, que son una chapuza de ciencia fricción, por lo que rechinan. Repito: Bel sabe de lo que habla, en cada uno de esos casos. Me he permitido poner más abajo los gazapos, para abrir boca. Os vais a reír.

APÉNDICE 1: ERRORES DE TRADUCCIÓN EN LA VERSIÓN ESPAÑOLA DE LA PELÍCULA (tomado prestado del blog de Bel Atreides)

1. En la escena de presentación de Deckard, cuando éste lee el periódico frente al puesto de sushi en espera de lograr un sitio, la voz del narrador dice: “No nos advierten en los periódicos contra los asesinos. Eso era yo: ex‑asesino, ex‑policía, ex‑blade runner...” Esta frase tiene muy poco sentido dado el mundo que se nos presenta: los periódicos estarían llenos de noticias de crímenes que servirían de advertencia. La versión original reza: “No publican anuncios en los periódicos pidiendo asesinos. Ésa era mi profesión. Ex‑polizonte, ex‑blade runner, ex‑asesino (They don’t advertise for killers in the newspaper. That was my profession. Ex-cop, ex-blade runner, ex-killer)”.

2. Durante el test Voight‑Kampff a Rachael en la Tyrell Corporation, tras la pregunta acerca de la fotografía de la chica desnuda, en la versión original se oye la voz en over de Deckard diciendo: “Bush outside your window... orange body, green legs...” (Arbusto al otro lado de tu ventana... cuerpo naranja, patas verdes...), que preludia la posterior revelación a Rachael del recuerdo implantado de la araña en el arbusto del jardín. Esta frase se ha perdido en el doblaje de la versión española.

3. Cuando Roy y Leon entran en el taller de Chew y el primero cita los versos de Blake, éstos sufren todavía una alteración ulterior en la versión española: ardiendo con los fuegos de oro substituye a ardiendo con los fuegos de Orc.

4. Poco después, la frase que Roy dirige a Chew en la versión española —Me gustaría que pudieras ver lo que hago con tus ojos— es tremendamente ambigua dado el contexto en que se pronuncia: ¿es una amenaza y se refiere a lo que los replicantes van a hacer con los ojos de Chew o con los ojos que fabrica Chew?, ¿o no lo es y se refiere a lo que los replicantes hacen con sus propios ojos, diseñados por Chew? La frase original reza: Me gustaría que vieras lo que he visto con tus ojos.

5. El ascensor del edificio de Deckard, en el que se ha ocultado Rachael para esperar al blade runner, en la versión original, tras pedirle al policía la identificación por la voz, le da las gracias en inglés y en alemán, lo que contribuye a recordar la atmósfera babelizante del Los Angeles 2019. Este efecto se ha perdido en la versión española.

6. En la escena en el camerino de Zhora, tras preguntarle Deckard a la replicante si la serpiente es de verdad, ésta le responde en la versión original: “Of course it’s not real. You think I’d be working in a place like this if I could afford a real snake?” (Por supuesto que no es real. ¿Cree que estaría trabajando en un lugar como éste si pudiera permitirme comprar una serpiente de verdad?), frase en el fondo un tanto contradictoria en la narración pero que apunta al cataclismo ecológico que ha acabado con la mayor parte de los animales y que forma el trasfondo, más que de la película en sí, de la novela de Dick en que se basa la película. En la versión española se oye: “¿Cree que estaría trabajando en un número como éste, si tuviera que hacerlo con una serpiente de verdad?”, lo que plantea la pregunta de en qué se diferencia, a efectos de baile erótico, hacerlo con una serpiente nacida de un huevo o con otra exactamente igual surgida de un laboratorio genético.

7. En la escena del desayuno en casa de J. F. Sebastian con los replicantes, J. F. le dice a Pris que sufre envejecimiento precoz. En la versión española se le oye decir: “Síndrome de Methuselah”. Da la impresión de que el responsable de la traducción haya tomado a Methuselah por algún endocrinólogo famoso de este siglo en lugar de por la figura bíblica que es: Matusalén.

8. Poco después J. F. Sebastian pide a Roy y a Pris que hagan una demostración de sus habilidades. Roy responde: “No somos computadoras, somos físicos.” Este físicos es extremadamente ambiguo aquí porque, dadas las capacidades intelectuales de los replicantes, parece que se refiera a la profesión científica. Roy dice en la versión original: “... somos seres físicos (we’re physical)”. Pris se incorpora entonces y en la versión española se le oye decir: “Yo creo, Sebastian, que eso es lo que soy.” En realidad está diciendo: “Pienso, Sebastian, luego existo (I think, Sebastian, therefore I am)”, cita de Descartes con la que Pris le manifiesta a su interlocutor que ella no es ninguna máquina, por más que su psique habite un cuerpo artificial.

9. En el diálogo entre Roy y Tyrell, cuando este último pregunta a su engendro si quiere ser modificado, Roy responde en la versión española: “¿Y quedarme aquí? Pensaba en algo más radical.” En la versión original dice: (a J. F. Sebastian) “Quédate aquí.” (A continuación, a Tyrell) “Pensaba en algo más radical.”

10. Al comienzo de la lucha entre Roy y Deckard en el apartamento de J. F. Sebastian, tras el primer disparo del policía al replicante, se oye a éste decirle al blade runner en la versión original: “Not very sporting to fire on an unarmed opponent. I thought you were supposed to be good. Aren’t you the good man? Come on Deckard. Show me what you’re made of” (No es muy deportivo disparar a un oponente desarmado. Yo creía que se suponía que eras bueno. ¿No eres tú el hombre bueno? Vamos, Deckard. Enséñame de qué estás hecho). Este ¿No eres tú el hombre bueno? supone una de las características ironías de Roy, cuyo efecto se pierde totalmente en la versión española al traducirlo: “¿No eres tú el mejor?”

11. Cuando Gaff encuentra a Deckard tras la muerte de Roy en el tejado del edificio, le dice en la versión española: “Ha hecho un buen trabajo, señor.” Con esta traducción se pierde la duplicidad de la original, que apunta al hecho de que Deckard sea o pueda ser un replicante: “Ha hecho el trabajo de un hombre, señor.”

11 de abril de 2007

Una o dos voces para la revolución tranquila



Unas fotos de la cantante rastreadas en la red

Acaba de empezar. Corre la fama de Kate Walsh. Al contrario que casi todos, la chica dice que no tiene iPod, ni enchufa la tele desde hace casi un año. Cuenta 23 primaveras y canta como el ángel fieramente humano. Signo de los tiempos, ha grabado unas canciones en casa de su amigo músico y multi-instrumentista (las dos cosas, debe ser) "Tim" y ahora actúa y vende su música en internet, número 1 en iTunes.

Su amigo y ella se han tomado en serio producirlas limpiamente con los medios que los ordenadores ponen hoy a disposición de todos. Lo han hecho a su gusto y no al de una casa discográfica más reconocida y gracias a ello han ganado toda la libertad que querían. El resultado es impresionante. Las canciones son desde luego más hermosas que caseras, nos conmueven, y están en un disco llamado así: "Tim's house", la casa de Tim, faltaría más. La propia autora dice que han sido pensadas, creadas o sentidas en largas horas de paseos por una playa o sencillamente sentada. Nada de iPods, ni loops. Estamos intramuros de The quiet revolution.

Papá escuchaba clásica y Pink Floyd, nos dice Kate Walsh. Y mamá tocaba el piano mientras adoraba a Hendrix, Beach Boys... La muchacha estudió piano desde los 5 años. Sus tíos maternos -le viene del palo la astilla- estaban metidos en músicas experimentales de la galaxia electrónica. Ahí es nada. Pero fue el impresionista francés Claude Debussy quien introdujo el veneno musical con el que ahora ella misma nos alimenta: le dio, según sus palabras, el gusto melódico...

Mis canciones, prosigue, hablan de crecer en una pequeña ciudad y de mis males de amores. No alardea de una vida amorosa exuberante, sino de haberse dejado enriquecer, del compromiso con la vida que supone haber apurado los vientos hasta el fin de los suspiros y hasta la espuma las mareas del amor que le llegaban... A todo sí.

Lo mejor es que pudo continuar sus estudios musicales superiores en The London College Of Music and Media in Ealing. Y pronto hubo incluso quien se ofreció a producir sus canciones, pero escamada de las generaciones OT que se soterran unas a otras en fosas comunes del consumo musical, o que entran una tras otra en el siguiente vagón de camino al olvido sin rozarle, sin erizar el vello a alguien, decidió incluso dejar la escuela que tan amablemente le ofrecía el pacto con el diablo y prefirió volar con sus propias -y qué hermosas- alas. Y ahora ha llegado solita al lugar exacto donde quería estar.

Hay mucho más que contar, pero quien quiera saberlo que busque en su web de myspace o ...en la otra

Postdata: Y para quienes gustan de esta pequeña y tranquila revolución, resulta también recomendable la voz de otra mujer, española, que graba sus canciones en su propia casa y se llama EstherLo. Quién sabe cuánto oiremos hablar de ella.

7 de marzo de 2006

A todo sí

Otto Dix: Tríptico "La guerra" Posted by Picasa
Alguien, muy cerca del corazón, muy pronto, me lo dijo. Desde las cimas de la plenitud, de aquel entusiasmo, con los ojos radiantes del primer amor (qué lejos se veían las tormentas que, a buen seguro, la vida arrastraría hasta nosotros inexorablemente y que allí mismo invocábamos).

La inteligencia fue compartir ese oscuro cristal del pensamiento, con la mirada un poco acuosa, frente a frente, cuando lo dijimos: "A todo sí". Era una promesa ciega, era un conjuro que nacía bajo la piel, por entonces aún más sabia que nosotros. Era agridulce mirar hacia la tarde y desear que el viento no nos borrase aquella intensidad. Y qué dolor el de aquella alegría.

Era la vida y había que vivirla, finalmente, por los caminos que a nuestros pies llegasen, fuesen fáciles o angostos, rectos o laberínticos. A todo sí. No renunciar a vivir, no esconderse -ni exponerse de manera idiota- pero desde el amor, a la vida, sí; a todo, sí. El corazón tiene razones, y locuras, que la razón no alcanza -hasta más tarde.

Tiempo después -"el tiempo pasará"- encuentro esa misma frase fiel a la vida entre las palabras de Otto Dix. “Hay que ser capaz de decir sí, sí a las manifestaciones humanas, que están ahí y lo estarán siempre”, decía el pintor "degenerado" según los nazis. De este modo justificaba su intención de seguir pintando lo que sus ojos veían, de darnos testimonio veraz de un tiempo y sus desgracias. Hay guerras y habrá que pintarlas, fotografiarlas, contarlas; hay miseria en los hombres y en los discursos y no deberemos callar nunca, dejar de dar nuestro testimonio. Nos magnifica más ese gesto que cualquier arenga, esa fidelidad que cualquier mudanza.

A todo sí. Por eso los nazis le llamaban "degenerado", porque no dejaba de pintar tullidos en lugar de héroes de guerra, y en las trincheras retrataba -naturaleza muerta en sentido literal- los cuerpos amontonados en el fango y la sangre en vez de los uniformes inconsútiles de la gloria. Raptos antiguos como el hombre que hoy nos concitan, con nuestras guerras, nuestras hambrunas, nuestras miserias ocultas bajo la alfombra voladora de la opulencia. Están ahí, asedian nuestra conciencia negligente, los debates de la libertad, de la censura de imágenes bélicas, de los umbrales de la tolerancia... No debemos olvidar que lo que existe no deja de existir por no mirarlo. Qué infantil.

A todo sí es un enunciado liberador, de asunción instantánea de la realidad, sin una huida selectiva de sus sombras. Frente a quienes pudieran ver en esta postura una aceptación claudicante ante la persistencia de los males del mundo, creo que hablamos justo de lo contrario. Quien niega un mal que existe, puede ocultárselo precariamente, muy poco tiempo, antes de ser engullido por él. Quien lo afronta y lo acepta como parte de la carrera de obstáculos tiene más oportunidades para solventarlo. Sería muy largo extenderme por las implicaciones filosóficas y políticas -no limitadas a España- de esta postura que, por otra parte, saltarán a la vista del buen entendedor.

Otra cosa es que quien acepta la realidad se quede inane frente a ella. A todo sí es un acicate para la acción, pero también para la lúcida humildad de quienes somos hombres y estamos de paso. Como Dix, dibujando en nuestra lóbrega trinchera, o en el sombrío exilio interior del lago Constanza. Y no quiero alejarme del corazón, de este corazón, que sigue siendo fiel a aquel latido de la adolescencia. A todo sí.

"Tú lo dijiste: pasará el tiempo.
Mas no ha sido cierto el olvido.
El que mira romper las olas sobre
el espigón no sabe cuál de ellas
más alta llegará. En el recuerdo
quedan rostros; los nombres perduran,
los borra el tiempo. Leo la carta.
Veo tu mano cuando la escribía,
los ojos seguidores de las letras.
Y tú estás conmigo nuevamente.
Es el tiempo que pasa; lo dijiste"

Alfonso López Gradolí

6 de agosto de 2005

¡Por fin!

Tiempo otro, tiempo propio,

saber que NO las reglas

que jugar ES el juego


¡Vacaciones! Posted by Picasa

El juego es jugar....

29 de julio de 2005

Ya tengo la respuesta

Y es un secreto, lo siento. Sólo puedo decir:

Los ciclos abren y cierran las puertas. A veces somos capaces de verlas y pre-sentirlas, antes de cruzar.

Lo importante es que permiten enfocar lo que de verdad es importante.

Paralelamente, ayer tuve un regalo añadido -¡qué día!-, y supe interpretar, por fin, tal vez completamente, los versos finales del Cántico:

"Y la caballería
a vista de las aguas descendía".

Pero es otra historia que contaré en próximos posts.

20 de julio de 2005

Visión del realismo


Johannes (protagonista de "Ordet", Dreyer, 1955) enloqueció leyendo a Sören Kierkegaard. Luego hizo su milagros Posted by Picasa

El animal parlante que somos piensa que las palabras pueden pesarse con distintas balanzas, cuando en realidad no es así. No existe un mundo místico, ni poético, ni grandioso separado por un cortafuegos del mundo "real" y prosaico. Ni el poema está separado del insulto por por el filo de ninguna aleación de metales morales ni la procacidad está separada del misterio.

La primera añagaza de quienes debilitan el valor de las palabras suele ser la distinción, la discriminación entre unas y otras, entre las palabras poéticas y las mercenarias, entre las que se lleva el viento y las que la imprenta registra para los espejismos de la posteridad, entre las que mojan pan en el chapapote político o el de la prensa cordial y hepática y las que salen de la Academia, que se suponen ya limpias, fijas y rebosantes de esplendor. La cuestión del peso y el valor de las palabras pende siempre y únicamente de nuestra conciencia.

Precisamente, es en el Libro del Esplendor, el Zohar de Moshé de León, donde figuran las palabras en su mayor desnudez esencial, porque nombrar es crear; «combinar y permutar letras es generar un movimiento interminable, una fuente continua de vida». El Zohar, libro sagrado para los hebreos que fue escrito por un judeoespañol, relata cómo «en el Principio fue la Palabra», porque el mundo surgió de las veintidós letras y diez números del alfabeto hebreo: «las letras con que el cielo y la tierra fueron creados». Si observamos el tríptico de El Jardín de las Delicias de El Bosco con las tapas cerradas veremos en la parte superior de la tapa izquierda a Dios en el momento de crear el mundo, con un libro sobre las rodillas, que contiene, claro, las palabras de la creación, las del Zohar.


La Creación del mundo en las tapas de el Jardín de las Delicias

Cábalas aparte, muchos piensan que pocas veces la palabra ha valido menos que hoy porque la gente niega sin dar ninguna excusa lo que dijo el día anterior, y también por el uso de eufemismos, uno de los pocos campos en los que nuestra civilización ha llegado a ser virtuosa. Por eso cabe recordar aquí la maravillosa pelicula de Dreyer, titulada Ordet (Palabra) -reestrenada en España estos días, donde el gran director danés se empeñó en relatarnos el poder milagroso de la palabra a través de una resurrección. Estremece esta película de veras a quienes la contemplan, porque confronta precisamente el valor neto de las palabras y su bruta utilización moderna en nuestra mente.

Pero lo más interesante es que Dreyer nos deja claro que el mundo de las palabras es uno, santo y pecador a un tiempo, que diría San Agustín. Hay que decir que el director danés era un ser inteligentísimo y discreto que, como quien no quiere la cosa, a menudo decía verdades como puños. Y una de las más impresionantes que recuerdo haber leído fue la revelación de que yerran quienes buscan la mística en un mundo sobrenatural. Escuchar esto a mí me abrió los ojos.

Para él no hay diferencia de mundos -es como discriminar entre palabras con añagazas- porque no existe un mundo parecido al surrealismo en el que la mística existe. Dreyer creía a pie juntillas que la mística, o el misterio que buscaba con sus obras, era el verdadero realismo. Conviene repetirlo para su comprensión total: el verdadero realismo.

Porque, ¿quién tiene la patente de lo que es la realidad? Cada uno mira el mundo como puede o le parece. Lo que no es lógico es que nos cueste tanto comprender que siempre miramos el mismo mundo. Si la mística está incluso en el erotismo, si lo sagrado se encuentra en la naturaleza, incluida la naturaleza humana, en perfecta vecindad con la crueldad o el humor negro.

Somos puro aluvión, la conciencia es agua turbia y nuestra mirada, a veces, sin embargo, nos esclarece. La pureza no es una cualidad inhumana. No permanece dentro de urnas de cristal. Si está en algún lugar es dentro de los humores acuosos de nuestros ojos.

Como dice el Tao, hay que aprender del agua, ser humilde donde los haya, que no tiene forma sino que adopta la de quien lo contiene, que está dispuesto a entrar en los lugares que nos parecen impuros.

14 de julio de 2005

Aún sin respuesta

No siempre sabe cómo responder.

Aquí un amigo y poeta argentino le planteaba con afecto una pregunta al final de la carta:

"Espero que los vientos del tiempo hayan calmado tus
tensiones laborales, pero Jesús, dime: ¿qué esperas de
la vida con el nombre que cargas?
un abrazo,
es lindo saber de ti
hugo"

Subrayo el enunciado de la pregunta, que aún está sin respuesta.

¿Hay palabras que pudieran responderla?
¿Hay algo, un pensamiento?
¿Premonición o libro, aventura o acto?

18 de mayo de 2005

Himno-blog


Imagen del mundo según Herodoto


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"Escribo para cuatro personas.
Oh mundo, lo siento por ti, tú no conoces a esas cuatro personas." (Pound)
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16 de mayo de 2005

Neso, el mito, la poesía


Deyanira ofrece a Hércules la túnica del centauro Neso Posted by Hello

Siempre me impresionó el poema de Vinyoli sobre el amor mortal de Deyanira. Se enmarca en el único tipo de mención del mito que soporto: no el que recrea el pasado de la humanidad como un mundo coherente -aun inteligente- gracias al mito, sino el que juega con el arquetipo para rascar nuestro interior y forzar que nuestro pensamiento dé más zumo, obligarle a caminar un paso más hacia la profundidad de lo que somos. Es decir, el poema no habla del mito, sino de nosotros, del poeta mismo y de sus lectores.
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Recordemos el mito original:
El centauro Neso causó la muerte de Hércules. El centauro raptó a la segunda mujer de Hércules, Deyanira, pero Hércules mató al centauro. Sin embargo, aún moribundo, Neso aconsejó a Deyanira que, si quería mantener fiel a su marido, le pusiera su túnica, y así recuperaría su amor.
Cuando Hércules comenzó a profesar su amor por otra mortal, Yole, Deyanira recordó las palabra de Neso, y le puso la túnica del centauro a su marido. Sin embargo, Neso había bañado la túnica con el veneno de la hidra, y al ponérsela, Hércules comenzó a sentir una agonía terriblemente dolorosa.
Al ver lo que había hecho, Deyanira se suicidó. Hércules ordenó construir una pira funeraria, a la que arrojó a su esposa y, seguidamente, se arrojó en ella. Fue entonces cuando intervino Zeus, y con sus rayos apagó las llamas, llevándose a continuación a su hijo al Olimpo, donde le otorgó la inmortalidad
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El mito es un relato histórico, escrito o cantado en lenguaje poético. Por ello mismo, el mito no puede, no debe constituir la historia en sí, a estas alturas. En boca del poeta su resonancia abre la puerta a una expresión, a una polisemia antigua, casi atávica. Es el juego de armónicos entre las palabras de hoy y el mito atávico lo que hace que nos aceche un escalofrío en cada poema. Abre la conciencia de un mundo de peligro no tan simbólico, puesto que nuestro juego es siempre con la realidad y con nuestra percepción de ella. De algún modo, el mito aporta la posibilidad de una túnica envenenada o de una protección salvífica en el mismo envoltorio de nuestros sentimientos. Inquieta más que aquieta nuestros sentidos, pero los despierta y agudiza. Y funciona con su música, la que tenían las palabras en el origen del lenguaje y del pensamiento simbólico, una música que hoy somos poéticamente capaces de tararear pero cuyo significado preciso la razón no comprende.

El de Vinyoli es un gran ejemplo. Habla de Neso, de Hércules y Deyanira, pero habla de cualquier amor loco cuando llega al punto de no retorno:


NESO
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Duele, desasosiega
saber que muere el que nació con llanto
de desesperación feliz porque una vez llegamos
a encontrarnos.

Tiempo después,
cuando uno a otro nos pusimos la camisa
de fuego, se nos pegó de tal modo
al cuerpo que no hubo forma
de arrancárnosla.

Lo digo con violencia
mal contenida mientras cae
con sordo estrépito, lejana, deshecha en polvo
la pira de nosotros.


JOAN VINYOLY

(Traducción propia del poema de Tot es ara i res)



Y a cuento de todo esto, recuerdo que Valéry decía que el hombre empieza a cantar -probablemente a bailar- cuando el habla no le basta. En cuanto las palabras ya no son suficientes, "en cuanto los conceptos susceptibles de ser articulados en palabras fracasan, en el mundo comienza a sonar la música", añade muy afinado Werner Henze.

Y el mito es la música del pensamiento, más que su armonía su polifonía, precisamente en este sentido. Articula nuestro soliloquio para que pueda expresar otras cuestiones, demasiado claras o demasiado oscuras para que sólo en su nivel el pensamiento las pueda desbrozar. Descubrimos con esa facultad de pensar más una conciencia que llamaría vital, humildemente, hasta qué punto estamos unidos a lo remoto, los pies hundidos en la sopa del origen.

Nos descubrimos como aluvión frágil de sigilos y de mitos. Lo que en realidad somos.




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Apostillas vespertinas
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Política: Cualquier parecido con las camisas de fuego que hoy se regalan Rajoy y Zapatero, con la etiqueta del centauro de las tierras vascas es pura coincidencia.
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Social: El centauro que da la túnica mortal a la novia, una munición envenenada y sin reparación posible, es un arcano que puede incomodar a cualquier abogado matrimonialista....
Tal vez deberían elevarlo al patronazgo del gremio. O darle su nombre a un bufete. Tal:

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Neso & asociados
a b o g a d o s

Especialidad en procesos complicados de divorcio
Le aseguramos que su ex pareja no saldrá ganando.
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20 de abril de 2005

Ecumene


El mundo habitado no nos comprende.

Tampoco nos comprendían bien los ingenuos mapas de la primera edad media que mostraban el mundo circundado por un redondel, por una O de mar, y dividido en continentes por una T de aguas, por la que discurrían el Nilo y el Mediterráneo. Dentro de esas dos figuras –OT- se situaba entonces el mundo habitado, la Ecumene, y aquellos mapas servían para contemplar el reparto evangelizador de los apóstoles, los lugares a los que cada uno había arribado. Por eso son los primeros mapamundis del orbe cristiano y como tales figuran en los maravillosos libros iluminados de aquellos siglos.

La oscuridad de los siglos no está detrás de los Beatos iluminados. Es la misma oscuridad de entonces, de nuestro presente y de los inciertos tiempos por llegar. Mientras el mundo habitado duerme, mientras cada ciudad duerme, el hombre cavila su destino. Porque compartimos un pasado simbólico remoto que nos lleva a las primeras luces sobre lo que somos (y por eso el link rupestre asociado a este post). El despertar de la conciencia en los bisontes de Altamira o la venus de Willendorf tiene ese origen simbólico del que desde hace tanto tiempo pretendemos ser exorcizados. Sin éxito.

Hoy somos capaces del alarde tecnológico de la exactitud y gracias a ella fotografiamos nuestra noche oscura, pero ¿la contemplamos? Ya Heráclito nos dijo “también aquí hay dioses” junto al fuego de la razón. Mientras las ciudades duermen, el mundo habitado no nos comprende.

Todavía hoy no estamos comprendidos en él. Nuestra exactitud es muy frágil aún ante la realidad humana, ante nuestro amor, o nuestro odio, ante nuestra conciencia atávica.

No estamos comprendidos por el mundo. Y ese sentimiento es mutuo.

3 de abril de 2005

Mar y niebla




Sensación de irrealidad. El que muere, librero o papa, tendero o navegante.

¿Qué hiciste de ti mismo?

"Levantaba los huesos cada mañana y los agitaba sin descanso. De aquí para allá, cuando me faltaban las fuerzas no me faltó la fe, aquel sentido de mis pasos. Sólo estamos un tiempo aquí, sólo un momento aquí".

"O tal vez me rendía. Me quedaba en silencio, escuchando mi propio corazón, el vuelo del tiempo con sus pequeñas alas, y ahora ya soy anciano. Los años son veloces. Nuestros pensamientos no, al final lo sabemos".

En algún lugar están nuestras palabras. Respiración. Aliento interrogante.

Un barco en el mar. Y el mar en la niebla.

Hay un minuto al día en que todo importa. Sí nos importa.

12 de marzo de 2005

La humanidad cambia muy poco


Jaula en el exterior de Abu Ghraib, publicada en la prensa Posted by Hello

Hay que salvar muchas distancias, las que van del desierto de Irak a Italia, de 1945 a 2005, pero uno no puede dejar de recordar el Campo dei Miracoli, en Pisa, al terminar la II Guerra Mundial.

"O moon, my pin-up" decía el poeta Ezra Pound desde una celda similar, mientras miraba al cielo y esperaba, detenido por los liberadores, antes de ser declarado demente e internado en Saint Elisabeth. Recordaba Rapallo, su pequeño castillo junto al mar, y se sentía eclipsado, caído al paso de la ausencia de luna... la Scalza: Io son' la luna /e m'ànno rota la casa.

Lo que sigue lo escribió en Pisa, en una jaula tal:


Pisa. Campo dei Miracoli. 1945 Posted by Hello

DEL CANTO (o cantar) LXXVI
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Y el sol alto en el horizonte, escondido en un banco cúmulos
iluminó de azafrán la cordillera de nubes
dove sta memoria

(...)

nada importa sino la calidad
del cariño-
al fin- que ha grabado la huella en la mente
dove sta memoria

(...).

ningún nadar más rápido
ningún delfin más veloz en movimiento
ni el volante azur del pez alado bajo Zoagli
cuando hiende el aire, saeta viva.
y las nubes sobre las praderas de Pisa
son, sin duda, tan finas como cuantas verse puedan
desde la península
'oi barbaroi no las han destruido
como lo han hecho con el templo de Segismundo
Divae Ixottae (¿y en cuanto a su efigie que estaba en Pisa?)
Escalera al columpio como para descender de la cruz
Oh golondrina petiblanca, ¡carajo!
como nadie más podrá llevar un mensaje,
dile a La Cara: amo

(...)

Como una hormiga solitaria de un hormigero
destruido
de las ruinas de Europa, ego scriptor


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y del CANTO LXXX
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Amo ergo sum, y justamente en esa proporción

(...)

¡Come pan niño!
ésa también fue una era y pan español
se hacía de grano en esa era
senesco
sed amo
Madri', Sevilla Córdoba,
había grano parejamente en el pan de aquella era
senesco sed amo
(...)
y Las Meninas colgaban en un cuarto solas
y Felipe a caballo y sin caballo y los enanos
y don Juan de Austria
Breda, la Virgen, Los borrachos
¿estarán todos ahora en el Prado?

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Están están, están, pero no sé dónde estamos nosotros, si nos hemos movido realmente, espiritualmente, a mejor.
En esa duda puedo decir desde este blog que estamos.

2 de marzo de 2005

Instrumentos de viento


Ala de Durero, el arte vuela. (Albertina, Viena, temporalmente en el Prado)Posted by Hello

Se llena el aire de música
porque las alas suenan.

No os mováis.
Dejad hablar al viento.

Planead.
(ángeles)