20 de octubre de 2008

A Kundera que le cunda



Los escritores juzgados por sus obras me gustan más que los quemados en las hogueras de sus actos. PERO por qué les exigimos ser prefectos en nuestro precario espejo...

"(del ABC, Villapadierna desde Fráncfort) ...La crisis, sobre la que ya circulan análisis como «Six days that shocked the world» o «Too big to fail», es un rumor a voces pero los editores son cautos ante sus consecuencias. Aunque la presencia de expositores ha sido incólume, ya tenían contratado antes del estallido y el resultado se verá más bien en el año entrante; Joaquín Palau, de RBA, avisa que desde el verano los libreros están pidiendo la mitad, y otros reconocen reducir programa, rebajar adelantos y reciben más devoluciones, pese a confiar en una estabilización del mercado y a que agentes como Carmen Pinilla, o editoriales como Seix-Barral, no constaten una caída en la compraventa de títulos."

Ese será pronto el problema y no la delación de Kundera. Aunque su conciencia y no la del mundo deberá soportar que el delator estuvo a punto de ser letal y que, tal vez por cobardía, permitió que su víctima creyese toda la vida que era la mujer que ambos disputaban la que le había delatado.

Así que prefiero los escritores juzgados por sus metáforas a los intelectuales quemados en las hogueras de sus actos. Somos los lectores los que nos empeñamos en darles una pátina de perfección, tenerlos en una hornacina, con aura de santidad. Pero la literatura a menudo surge de la culpa, de las mazmorras de la conciencia, de la singularidad, cuando no de la monstruosidad. Lo mejor y lo peor del hombre está retratado en la conciencia lineal de los libros que nos han hecho como somos.

¿Una delación? Valiente cabroncete con 20 años Kundera. No me gusta menos que antes. Ni más. Leí la Insoportable y la Broma. Al llegar a la Inmortalidad, ya me caí de su inescrutabilidad moral, o amoral.

La vida es dura
Nadie es perfecto.
¿A quién vamos a engañar?

El ejemplo del escritor es muy penoso. Es toda la sociedad la involucrada en la vida pública y la que tiene tanta embriaguez con las figuras de fama; seremos mitómanos, pero todos debemos sentirnos impelidos a pulir la propia vida. Estamos en este mundo para eso, ¿o no? Unos la pulen y otros se la pulen.

Ellos, los escritores, no son mejores por escribir. No debemos exigirles serlo. Pero tampoco debemos seguirles como gurús laxos de no sé qué religión. Maduremos, por Dios. Y sepamos a quién admiramos y por qué. Al periodista hay que exigirle que no mienta, pero al escritor no podemos caparlo de imaginación a priori. Le pagan para mentir bien.

El ejemplo del escritor no está en la letra. Está -de estar- en el espíritu de su letra y por eso y sólo por eso nos conmueve. Que cada palo aguante su vela, y cada escritor el peso de sus obras y sus actos.
A Kundera que le cunda. Y dejad que yo prefiera...
lahoguera, lahoguera lahoguera

17 de octubre de 2008

Del blog de Meneses

Lo vi el otro día en el blog de Enrique Meneses y es desternillante. Me permito copiarlo y pegarlo para vuestro solaz.




And here is the rest of it.

15 de octubre de 2008

El poder de la razón

Hoy los cazatesoros deben estar un poco más preocupados. La Unesco ha tomado cartas en el asunto con la Convención de Arqueología Subacuática, que entrará en vigor en enero de 2009. Puede que acabe siendo como la Convención de Ginebra, que no acabó con los crímenes de guerra y la tortura, pero al igual que ella afeará bastante desde ahora el comportamiento de quienes consideran los yacimientos arqueológicos pingues beneficios para extraer el oro y remover restos y huesos de tragedias históricas y humanas. Los Estados firmantes se comprometen a legislar conra el comercio de bienes arqueológicos, lo que ya en tierra se entiende por expolio y contrabando de bienes patrimoniales. Ha llegado la hora de ver los pecios hundidos en el mar como bienes culturales, rastros humanos, a proteger. Cápsulas del tiempo. Los cazatesoros están hoy delante del espejo. Son los modernos piratas.