27 de febrero de 2005

Nieve al romper el alba




Recuerdo del reciente amanecer de la nevada.
El silencio. El tiempo. Apacibles copos que caen como pavesas.
La pira de nosotros.

Silencio. Ausencia de palabra no es ausencia de Ser, recuerda Panikkar. No podemos distinguir el Ser de la Nada. Y dice: "Llegamos a un nivel en el que las palabras retornan a la misma mente" que las piensa.

Las palabras que alguna vez dijimos, las palabras que fueron, se vuelven copos.
Vuelven a la vida.
A la vida en silencio. Nieve que cae.

Puede que, posteriormente, pensemos la vida y que el pensamiento, como la nieve, cuaje. Y tal vez de un modo tan natural como irremediable después el pensamiento se nos derrita en las manos...

Pero el silencio vuelve. Copos de luz de luna.
Para romper el alba.

25 de febrero de 2005

Respiración


Y la respiración que es hondo espía
me trasluce y traspasa
no sé qué resplandor...

...


Aviva el vuelo cuando ya no hay viento
aunque te vayas y no vuelvas, aunque
me pidas y te dé. Ya estás sintiendo
cómo se mecen, cómo se cimbrean
suavemente los olmos, hoja a hoja,
en las riberas de la amanecida,
con la precocidad del sufrimiento;

estás sintiendo ahora
este aire de meseta, el que más sabe,
el de tu salvación que no se oye
porque tú eres su música.

Y estás sintiendo cómo
la mayor injusticia de la vida
es el dolor del cuerpo, el del espíritu
se templa con espíritu. Y me sanas,
y yo te doy las gracias por venir
tan delicada que casi te veo.

¿Y qué voy a saber si a lo mejor mañana
es la mañana?


(Claudio Rodríguez. Manuscrito de una respiración)

24 de febrero de 2005

Hombres, islas


Isla dibujada en la nieve Posted by Hello

Cae la nieve y borra todo de blanco. Cae la nieve y podríamos recomenzar: un paso, una mirada, una historia nueva de nosotros. Nieva como si nada hubiese sucedido, como si fuésemos de nuevo unos recién llegados. Nieva y los copos disparan otra vez nuestra sonrisa. Todo está blanco, casi infinito, de nubes, de tierra, de una memoria algo más dulce, todo se suaviza.

Cae nieve y luego el blanco va cediendo, se derrite. Pero ¿y si pudiésemos retener ese sentimiento, esa intensidad?

"...Somos los auténticos países, y no las fronteras de los mapas donde figuran los epónimos de hombres poderosos. Morimos, morimos ricos en amantes, tribus, sabores que hemos probado, cuerpos en los que penetramos, en los que un día nadamos como en un río..." [decía Katherine, Christine Scott Thomas, en El paciente inglés]

Día y noche.
El amor. El tacto.

La nieve que cae y que después se desvanece...

¡Pero sentir la nieve -o su desierto-, sentir el corazón
sobre la piel!

20 de febrero de 2005

En las manos del viento


Posted by Hello
SER COMPLETO

Debajo de ti, olmo,
echas tu sombra;
debajo de ti, olmo,
caes tu hoja;
debajo de ti, olmo,
vives tu copa;
debajo de ti, olmo,
fuljes tu gloria.

juan ramón jiménez



Un mar de nubes. El sol cada día un poco más alto, algo más cálido.

Invierno. Todo pasa. Estamos en las manos de este viento. Como las últimas hojas secas, los papeles que ya nadie lee, a merced de la brisa. O merced a la brisa, como esa nube que cambia. Vivos.

Todo va pasando, paseando. Zumba el viento en lo alto de los árboles y aquí abajo nuestro propio barullo. Hilos de tu conciencia el viento arrastra y enreda tus cabellos en la memoria desorientada, en el recuerdo aquel que merodea junto a tus zapatos mientras caminas.

Llegas. Te sientas en el bar. Y sonríes sin pensar, cuando pruebas el buen vino. Y la miras, bañada por la luz de la ventana invernal. Y tu sonrisa vuela, y viene y va con la memoria. Y puedes coger su mano y, con ella, te sientes ligero, un poco ajeno a todo, como en las manos del viento. Ayer...

Otras nubes vuelven sobre nosotros. A lo lejos grises se amontonan, las amontona el viento en las montañas, en recuerdos que de tan lejos se azulan.

Y el vino, ¿qué tiene que ver con todo esto?

Lo escuché ayer, en el cine, en "Entre copas", que nadie sabe por qué traducen así "Sideways". Lo dice Maya, la mujer que enamora al protagonista. El vino esta vivo, está en el tiempo, como nosotros. No sabrá igual si lo abres un día u otro. Ha sido moldeado por el clima, por el sol y la lluvia, mientras pasaban sobre sus uvas nubes idénticas a las que sobre ti pasaban. Los minerales de su zumo abren puertas oscuras en tu interior, airea los pasadizos de tiempo hacia atrás y de vida adelante. Fue prensado y catado, tal vez por alguien que no está ya en esta luz preciosa y breve del invierno, cargado de tardes y frío. El vino abre también ventanas a tu claridad, a la de muchos hombres desde hace miles de años, y nos trae un don extraño: la ebriedad.

In vino veritas, dice el clásico. Pero yo nunca lo había pensado de este modo.

Y luego, tal vez, dejas el cerco húmedo de tu copa y sigues tu camino bajo el altísimo
cielo.

Cercos efímeros, huellas, señales, mensajes encerrados en una botella. ¿Hacia dónde? ¿Para quién?

Porque todo es vida aún, mientras doblas la esquina.

14 de febrero de 2005

luzazul


Imagen de Saturno azul, con el satélite Mimas delante. Tomada en color real por la sonda Cassini. NASA/JPL


El cielo escribe
luz azul.
No es un engaño,
ni un espejismo diurno para hurtarnos de los hombros el peso de la noche,
ni un decorado. Tal vez...

...el fondo del amor,
el horizonte que no quita nada;
la transparencia, dios, la transparencia (JRJ)

Ese azul que la luz pinta en el cielo no es menos infinito que el negro del cielo de la noche.

Azul es el abismo de los pájaros.
Pero nosotros, cuándo volaremos.

Vivimos
bajo el gran espejo.


¡El hombre es azul
!
¡Hosanna! (FGL)


***************

Me tumbé bocarriba, junto a la laguna, medio oculto cerca de las cañas.

Inmóvil.

Era el final de uno de los últimos días del verano. A aquella hora tardía vinieron a beber cientos, y luego miles de golondrinas, mirlos y vencejos.

Cantando y picoteando la piel de la laguna.

Un espectáculo atronador, un vértigo difícil de atender.

Con la espalda y la cabeza apoyadas en la tierra, el cielo empezó a mostrarse en toda su densidad. Comenzó a verse.

Quedaban quince minutos para la puesta de sol. Entonces, capas y capas de pájaros se iban superponiendo y enmarañaban sus vuelos con picados hasta la superficie del agua, donde bebían antes de remontar. Cada vez más, cada vez más denso, cada vez más intenso. Un rascacielos de pájaros, piso a piso, una altura consciente, enorme, vertiginosa y, sin embargo, las nubes seguían más allá. Tal vez el cielo infinito.

Marañas de vencejos
gritarán en la luz
nuestros nombres borrados

En inútil estrépito
volverán las oscuras golondrinas (JGC)

Luzazul: el infinito de la luz, no el infinito oscuro de la noche tejido de constelaciones. Todo era luz que estallaba. Con su vuelo, las aves batían la claridad desde el paso rasante hasta los cientos de metros de altura. Alas que bajaban y subían en oleadas. Alas en olas. Como si aquellas plumas oscuras fueran borrando la luzazul, el azul de luz, en un esfuerzo inacabable por dejar trasparecer la noche. Su delgada luz.

El sol se acabó hundiendo en el horizonte y mis ojos no podían asimilar la densa realidad. La música compuesta de mil voces al aire llenaba de matices y dulzura el viento. Las alas se convertían en la tiniebla y en presencias apenas advertidas, en borrosas sombras que azulaban todavía, que iban limpiando los cristales de la noche. Pero aún, aún el vuelo de la luz se presentía, como un beso, como una respiración.

Después ya nadie. Sólamente la música de las aves a voz y vuelo, el eco. La transparencia caía desde lo alto con las alas y el aire se iba haciendo frío y pesado. Justo antes de deshacerse aquel azul del cielo en aire y música, justo antes de desmoronarse el edificio de los pájaros, pude asomarme por última vez a toda su altura.
Lo profundo es el aire, como dice Guillén.

--Lo

------profundo

------------------es

-------------el

---aire....


Y entonces, la noche, y el cielo desapareció. Otra transparencia bañaba mis ojos, las estrellas fueron poblando el pensamiento con brillos y recuerdos que la pereza soporta. Sin cielo podría aun soñar, y ahora incluso buscaba azules en otros mundos. Silencios azules como planetas quietos, distantes como miradas, como tú, como latidos quietos. Saturno azul.

Un pájaro es el mundo.

Sus diminutos ojos negros contienen la noche.


Pero el cielo es un mar, una fuente de música que mece, que vuela
que nos puede hacer volar hacia lo alto, lo hondo.

Las alas y las olas de las alas donde volaba Cirlot

Pero no sabemos verlo. El silencio de las esferas aterraba a Pascal.

Caemos en el abismo de los pájaros,
en lo profundo.

Y llegamos al fin a acariciar con quietud la nada que sustenta,
la nada propia y la nada prójima que también nos salva, la nada nuestra unida a la del otro, la de lo otro.

Toda la nada.

En ella, borrándose y borrándonos, la respiración del mundo.