Una escritura y el rumbo de las cosas. Mensajes en botellas reflejados en los ojos de alguien. ¿Tus ojos?
4 de julio de 2005
Requiquiem
¿Adónde se fue�
Vivía y amaba, cantaba sus días y llegó a punto final. Kiki de Montparnasse est mort, un cadáver apasionante. No creo que venga un Avellaneda del blog y pueda resucitarla.
Extraño es el tiempo en nuestras manos, áspero como soga, dulce también sin embargo. Y en la memoria, el tiempo se nos espesa como chocolate hasta que su sabor nos cambia.
Amapola y memoria juegan en esas páginas eróticas, libérrimas, y si en la boca cerrada no entran moscas, aún podemos asomarnos al blog cerrado, como moscones. Tal vez Kiki mute y aparezca de otro modo. Tal vez se convierta en el principio de un libro. Sea como fuere, dejemos constancia aquí de un homenaje a su paso por la blogosfera.
Dónde estará. En las mortecinas fotografías, en los viejos clubes clausurados, paladeando amores en la place du Tertre, en ese Montmartre de caballetes turísticos e imposturas, o caminando sola por la rue Ravignan, balanceando el bolso desde el brazo, como las muñecas de la niñez, mientras se dirige con cierto aire de abandono hacia cualquier antro de Pigalle.
Tal vez esté viajando, alguien ha dicho que la vio en un carguero rumbo a Japón, entre serpientes y piercings, y puede que algún día reaparezca con los ojos oblicuos, reina en los afterhours.
Tal vez desaparezca para siempre como todas las sombras de la imaginación, tenue como nosotros mismos.
Yo sólo brindo por su mirada al mundo.
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1 comentario:
Kizás Kikí kueza kiwis kon ketchup en Katar. En cualquier caso le alegrará saber que ha dejado rastro. "El encuentro sólo lo es si cambia algo en ti". Busquemos la mutación ;-)
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