14 de febrero de 2005

luzazul


Imagen de Saturno azul, con el satélite Mimas delante. Tomada en color real por la sonda Cassini. NASA/JPL


El cielo escribe
luz azul.
No es un engaño,
ni un espejismo diurno para hurtarnos de los hombros el peso de la noche,
ni un decorado. Tal vez...

...el fondo del amor,
el horizonte que no quita nada;
la transparencia, dios, la transparencia (JRJ)

Ese azul que la luz pinta en el cielo no es menos infinito que el negro del cielo de la noche.

Azul es el abismo de los pájaros.
Pero nosotros, cuándo volaremos.

Vivimos
bajo el gran espejo.


¡El hombre es azul
!
¡Hosanna! (FGL)


***************

Me tumbé bocarriba, junto a la laguna, medio oculto cerca de las cañas.

Inmóvil.

Era el final de uno de los últimos días del verano. A aquella hora tardía vinieron a beber cientos, y luego miles de golondrinas, mirlos y vencejos.

Cantando y picoteando la piel de la laguna.

Un espectáculo atronador, un vértigo difícil de atender.

Con la espalda y la cabeza apoyadas en la tierra, el cielo empezó a mostrarse en toda su densidad. Comenzó a verse.

Quedaban quince minutos para la puesta de sol. Entonces, capas y capas de pájaros se iban superponiendo y enmarañaban sus vuelos con picados hasta la superficie del agua, donde bebían antes de remontar. Cada vez más, cada vez más denso, cada vez más intenso. Un rascacielos de pájaros, piso a piso, una altura consciente, enorme, vertiginosa y, sin embargo, las nubes seguían más allá. Tal vez el cielo infinito.

Marañas de vencejos
gritarán en la luz
nuestros nombres borrados

En inútil estrépito
volverán las oscuras golondrinas (JGC)

Luzazul: el infinito de la luz, no el infinito oscuro de la noche tejido de constelaciones. Todo era luz que estallaba. Con su vuelo, las aves batían la claridad desde el paso rasante hasta los cientos de metros de altura. Alas que bajaban y subían en oleadas. Alas en olas. Como si aquellas plumas oscuras fueran borrando la luzazul, el azul de luz, en un esfuerzo inacabable por dejar trasparecer la noche. Su delgada luz.

El sol se acabó hundiendo en el horizonte y mis ojos no podían asimilar la densa realidad. La música compuesta de mil voces al aire llenaba de matices y dulzura el viento. Las alas se convertían en la tiniebla y en presencias apenas advertidas, en borrosas sombras que azulaban todavía, que iban limpiando los cristales de la noche. Pero aún, aún el vuelo de la luz se presentía, como un beso, como una respiración.

Después ya nadie. Sólamente la música de las aves a voz y vuelo, el eco. La transparencia caía desde lo alto con las alas y el aire se iba haciendo frío y pesado. Justo antes de deshacerse aquel azul del cielo en aire y música, justo antes de desmoronarse el edificio de los pájaros, pude asomarme por última vez a toda su altura.
Lo profundo es el aire, como dice Guillén.

--Lo

------profundo

------------------es

-------------el

---aire....


Y entonces, la noche, y el cielo desapareció. Otra transparencia bañaba mis ojos, las estrellas fueron poblando el pensamiento con brillos y recuerdos que la pereza soporta. Sin cielo podría aun soñar, y ahora incluso buscaba azules en otros mundos. Silencios azules como planetas quietos, distantes como miradas, como tú, como latidos quietos. Saturno azul.

Un pájaro es el mundo.

Sus diminutos ojos negros contienen la noche.


Pero el cielo es un mar, una fuente de música que mece, que vuela
que nos puede hacer volar hacia lo alto, lo hondo.

Las alas y las olas de las alas donde volaba Cirlot

Pero no sabemos verlo. El silencio de las esferas aterraba a Pascal.

Caemos en el abismo de los pájaros,
en lo profundo.

Y llegamos al fin a acariciar con quietud la nada que sustenta,
la nada propia y la nada prójima que también nos salva, la nada nuestra unida a la del otro, la de lo otro.

Toda la nada.

En ella, borrándose y borrándonos, la respiración del mundo.

No hay comentarios: