13 de junio de 2007

Los viejos "barroqueros" nunca mueren









La noticia es el premio Príncipe de Asturias de las Artes a Bob Dylan. Merecido y digno de profundizaciones varias, culturales, populares, consistentes, sorprendentes.
Dicen que los viejos rockeros nunca mueren. Y, antes que ellos, los del barroco: los viejos barroqueros, que tampoco se acaban. ¿Por qué? Os lo diré si seguís leyendo.

Tómese el último disco de Bob Dylan y escúchese el blues del trabajador, el Workingman's blues. Mientras se oye, sílbese el canon de Pachebel. ¿Increíble? La armonía es exactamente la misma, como si la canción tuviese un link hacia el clásico.

Pero tampoco sorprende tanto, si también es capaz de coger un canto de esclavos como Nettie Moore y transformarlo en una desesperada y universal canción de amor



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