23 de mayo de 2007

Piratas del Caribe. La fiebre del oro

Mel Fisher dijo en una entrevista que ninguna visión es comparable con el brillo de los doblones de oro apareciendo súbitamente bajo la arena tersa del fondo marino, algo que nubla la razón con una fiebre cuya única cura es la posesión de los tesoros sumergidos. (Al cazatesoros no le duelen prendas por destrozar los restos de los buques, sino que aspira el sedimento y los dispersa, extrayendo cuanto haya de valor).

Puede que Odyssey Marine Exploration haya encontrado un pecio en aguas internacionales del Atlántico y haya extraído, con discreción suma, la suma de medio millón de monedas de plata y miles de oro, manteniendo el hallazgo en secreto hasta que sus barcos, buzos y sondas submarinas le hayan exprimido el último zumo al galeón. O puede que no, que no todo lo que cuentan sea verdad.

Los atunes rojos y las pateras están más vigilados en el Estrecho que los doblones. Así que tal vez su política de hechos consumados sea una buena cortina de humo para que nadie sepa bien de dónde salió el botín, ni si todo fue tan legítimo y legal como ellos dicen. ¿Por qué, como Associated Press denunció ayer, Odyssey manipuló digitalmente las monedas que se ven en este detalle de una foto facilitada por los "cazatesoros", con el fin de que no se pudieran identificar? ¿Era un barco del rey, cargado de oro español? ¿Están sus restos hundidos realmente en aguas internacionales? ¿Ha habido un intolerable expolio?



¿Se manipula así una foto por motivos de seguridad? ¿Para que la empresa suba su cotización en bolsa? ¿Por astucia preventiva? ¿Códigos atávicos de la marinería, si no de la abogacía, mercenaria? Juntemos oro, ambición, barcos, y persecuciones y tendremos los ingredientes de una buena historia de piratas.

Ojalá estuviésemos hablando de fantasías, como en Piratas del Caribe, y no de sospechas. Mientras no se aclare su procedencia, el oro del Odyssey está más emponzoñado que el oro azteca de "La maldición de la Perla Negra". Mientras se sigan manipulando las fotos para borrar las marcas de las monedas la verdad seguirá esclavizada dando más vueltas que el Holandés Errante en "El cofre del hombre muerto". Y así, "En el fin del mundo" acabaremos si seguimos las indicaciones de la empresa americana, que son más imprecisas que la brújula loca de Jack Sparrow, para encontrar el pecio del que sacaron el oro de marras ...


Los piratas siempre mezclan cojones con engaño, Montero Glez dixit. Y tal vez nos pasa esto por pringaos. Si hay más oro en el fondo de la Bahía de Cádiz que en el Banco de España, o restringimos el acceso al Archivo de Indias, o hacemos como Italia, que llamó a la Armada en socorro de los arqueólogos cuando Robert Ballard se presentó en sus aguas con submarinos de la Guerra Fría y Roma decidió organizar un zafarrancho submarino nacional para tener localizados y controlados todos los pecios con el sónar de los militares.

... y si hablamos de sónar, ya se sabe que los suenos, suenos son.

Porque lo que sabemos es que el Gobierno del Reino Unido estaba muy interesada en que permitiésemos a estos intrépidos descarriados que sondearan nuestros fondos para encontrar un barco suyo. Ahora resulta que este oro ni siquiera es del Sussex que buscaban los hijos de la Gran Bretaña. Buscando, buscando, a saber qué encontraron, probablemente en nuestras aguas.

2 comentarios:

libro dijo...

guaaa!! me ha encantado espero que os guste el mio

noticias dijo...

muy interesante el articulo, mi enhorabuena sigue asi