Una escritura y el rumbo de las cosas. Mensajes en botellas reflejados en los ojos de alguien. ¿Tus ojos?
18 de noviembre de 2006
Todos los Prometeos roban algo
Es cosa de niños. Einstein decía que Dios juega a los dados. Más allá de las metáforas sí existe el juego, según vamos descubriendo, además de violentos cataclismos, ahí arriba.
Tal y como se vio cuando se descubrieron lentas ondas gravitatorias que mecen los anillos de Saturno, el sistema anular de este planeta no deja de captar nuestra atención, sorprendernos y hacernos sonreír. Hoy es este juego gravitatorio.
Se trata de Prometeo, una roca traviesa de cien kilómetros de ancho. Una vez por órbita acaricia el anillo F y le pellizca un girón. Prometeo, el de la mitología, robaba fuego a los dioses. El satélite Prometeo roba polvo y hielo flotante al cinturón de Saturno (¿acabará usando tirantes?). El caso es que está previsto que en 2009 la roca se zambuya de lleno en el anillo F, y los astrónomos esperan para ver qué ocurre, si rompe el anillo, si le roba su materia. Si los dioses lo castigan.
Tal vez también a éste le llegará su sanmartín.
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2 comentarios:
La foto es más que sugestiva. Me viene a la mente ese momento eléctrico en el que los cuerpos (astrales, obviamente) se rozan, se agreden, se imantan. Cuando el deseo del otro coincide con el tuyo y te encuentras en ese umbral inminente que divide lo ansiado de lo conseguido. Ahí saltan chispas. Que no vemos, pero que los científicos dicen que existen...
y el deseo, desde Ícaro -apología del tacto-/
construye laberintos que Dédalo no sabe.
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