6 de julio de 2005

Círculos, dunas, olas


Ondas gravitatorias en los anillos de Saturno
(ampliados se aprecian mejor: pincha) (JPL/NASA)Posted by Picasa

Acabo de descubrir estos círculos centrífugos en los anillos de Saturno, ondas como las que una pedrada dibujaría sobre la piel de un lago. ¡Piel! Así es este pequeño mar del universo, descubres una piel que mueven las caricias y te incita a otra profundidad.

Hay un desierto inmenso, oscuro, y también hay un mar de dunas blancas. La mirada no basta para reflejar tanto asombro y tanto deseo. Una sola oscilación, un pequeño impulso gravitatorio y la blancura se mece en esa noche lejana y nuestra, la hace vibrar, o la susurra su música.

Porque parecen ondas sonoras también, ondas raudas en la fría lisura de este disco maravilloso, ondas de algún silencio puro o planetario. Chocan inermes las olas en los bordes nítidos de la noche.

Fabulosos barcos de la memoria, siempre perdidos nos arrastran adonde el mar del mundo acaba.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

¿Como los pliegos de las sábanas en pleno combate amatorio?

Anónimo dijo...

sssssí, tal vez (what a surprise). En algunos lugares llaman el "río de la vida" a la línea de pliegues que queda tras la batalla. El calor de los amantes también hace temblar el aire. Los latidos dan su vida a las sábanas, dulces escultoras a su modo. Y del borde de la cama en adelante hay una noche oscura poblada de memorias, fantasmas y otras delicias del predador.

Ojos, para qué os quiero. Porque en la oscuridad circundante -la del amor- debemos aguzar otros sentidos. Todos los sentidos.

La noche nos da sentido, poro a poro, y sólo nos conocemos en realidad a ciegas.