Una escritura y el rumbo de las cosas. Mensajes en botellas reflejados en los ojos de alguien. ¿Tus ojos?
7 de junio de 2009
Odyssey: Los malos de la película
He aquí la primera declaración televisiva de Greg Stemm, tras el varapalo judicial del Tribunal de Tampa en el que ellos querían basar su exclusividad para explotar la carga de la fragata La Mercedes. La recomendación del juez Pizzo al magistrado que lleva el caso, Merriday, asume toda la posición de España en defensa de que el buque era un barco de Estado, protegido por la inmunidad soberana y por tanto no ha sido abandonado, es un cementerio militar y nadie tiene derecho de expolio sobre esos restos, por plateados y dorados que puedan verse desde la superficial ambición de los cazatesoros.
Lo preocupante es que sin perder la sonrisa embaucadora, el fundador de Odyssey Marine Exploration oculta en sus declaraciones una sutil, poco velada amenaza: Si el juez no nos es favorable lo que van a conseguir ustedes, España y españoles, es que la próxima vez no avisemos a nadie cuando encontremos algo...
Está claro que cada vez es más vital que el proceso penal en La Línea de la Concepción, en el que Stemm está imputado por contrabando y daños al patrimonio, debe seguir su curso. Si el juzgado de La Lína hace bien su trabajo podemos cerrar a los cazatesoros los mares de Europa, como decía en su interesante artículo José María Lancho
En fin, las declaraciones de Stemm son las palabras de un hombre cuya fe en ellas no es muy fuerte. Él y sus abogados se han pasado todo el proceso con medias verdades y continuas dilaciones como estrategia defensiva, acusando de corrupto al abogado de España y de paso exigiendo que nuestro Gobierno pruebe que se trata de La Mercedes, sin reconocer que las pruebas obran en su poder y no nos han dejado analizarlas en su conjunto, sino sólo una muestra. Nos piden actos de fe con una cara y con la otra disparan al hombre. Y lo último ha sido pedir la dilación en su respuesta, porque el texto era muy largo, porque estaban operando a uno de sus responsables, porque los descendientes de las víctimas del naufragio -Odyssey mira por ellos- son muchos y se tardará en avisarles... What a pity. España le ha concedido la dilación caballerosamente. No sé si nos sobra tiempo.
Afortunadamente, nuestros gobernantes no van a dejar que vuelva a cundir la incuria en la que el patrimonio sumergido estaba abandonado. Aunque ya hay quienes quieren ver cerrado el proceso de La Línea por motivos cuando menos tenebrosos, lo cierto es que un sumario de miles de páginas de pruebas aportadas por la Guardia Civil y por ecologistas y arqueólogos que han demostrado con creces su lealtad no se merece eso.
Si alguien en la Administración piensa presionar para cerrar la investigación de La Línea estará traicionando todo lo democrático que ha podido aflorar en la lucha contra Odyssey, en la que la sociedad ha exigido dignidad a nuestros gobernantes y ha mantenido la lealtad hacia las instituciones en todo momento.
La sociedad sabe muy bien quiénes han sido los piratas, quiénes son los malos de esta historia. Ha llegado el momento de que el Gobierno demuestre que también lo sabe.
Para que no lo olvide, anuncio la inminente publicación de un artículo sobre estos asuntos en la revista Economía Exterior. Seguiremos informando...
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