22 de mayo de 2006

Comienzo (Israel)

Si hay un lugar en el mundo donde la luz se adensa es éste. Densidad de almas, densidad de espíritu, densidad de los hombres y los siglos, de la sangre y hasta del odio. Denso el tiempo y hasta la vida que, aun con dificutad, se abre milagrosamente paso.

Tierra de profecía y maldición. La densidad es de la palabra, aquí estratigráficamente precipitada sobre sí misma, algo asi como lo que acontece con el hielo en la Antártida, es lo que ocurre con la palabra en este suelo de fuego. Y al excavarla memoria adentro, con la palabra sondeamos las partículas de nuestra propia historia de especie -¿desolada? ¡particular!- hasta llegar al principio.

El Bereschit del Zohar, el principio de un mundo hecho desde la palabra, o sus permutaciones cabalísticas. La palabra es Elohim, Dios -siguiendo el libro escrito en Leon-, un fulgor que precedió a la luz.

Y el aire es tan ligero, aquí, brisa de litoral, que resulta increíble la espiral violenta, la dificultad para comprender el esplendor del mundo, o el esplendor del firmamento (eso es Zohar), que endulza los racimos que nos sobreviven. Y no dejemos de pensar que lo rodea el odio arraigado y que ha sido escenario de muy grande sufrimiento, pero sería injusto igualmente olvidar que fue un sueño avivado en los brindis y los votos de un pueblo desperdigado y masacrado. Ascua a la intemperie que no apagaron los siglos y hoy realidad maravillosa aunque imperfecta, sitiada. Bromean: "No es un país, es un milagro", pero ésta era de antiguo la tierra sobrenatural, transustanciada de agua en vino, la de los panes y los peces multiplicados. El milagro verdadero ocurrirá cuando, como subrayan, "seamos un país como los otros". Ni más ni menos.

¿Atenas o Esparta? Están las dos, aquí, y ya no son gentiles. Existe una sociedad mayoritariamente abierta y democráticamente libre -en el sentido que nuestra civilización lo entiende- que lucha por esa libertad, que la defiende, hasta la injusticia en ocasiones. ¿Podríamos hallar exactamete lo mismo al otro lado?

Hamás, una respuesta cuyo eco va más allá de la política.

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